Los Maestros de la Cosmogonía
- Cepya
- 3 feb 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 18 feb 2020
Sus mensajes y enseñanzas abren nuestras mentes para una mejor comprensión de la vida y de cómo deben ser nuestras relaciones como seres humanos bajo la Moral que emana de Dios, nuestro Padre Creador.

La claridad de sus expresiones no dejan lugar a dudas, desnudando nuestras falsas condiciones espirituales y dudosa moralidad.
Mensaje de los Maestros de la Cosmogonía
Ora en la vida privada, ora en la sociedad, a través de los planos que se complementan mutuamente y que se justifican a la Luz de la Verdad.
Hemos bajado a la Tierra para unir a todas las doctrinas con respecto a ciertos principios, sobre los cuales, incluso las teorías más opuestas se rechazan fundamentalmente.
Queremos expresar opiniones del Divino Maestro Jesús, en toda esta cuestión relativa al hombre y la sociedad, que es un organismo consciente.
Existen puntos de convergencia de las doctrinas entre sí más distantes, sin que por ello, dejen de ser doctrinas y representar las diferencias de las anteriores. Nuestra ciencia no se confunde, ni se anula en el conjunto de ideas y corrientes filosóficas o religiosas.
Nuestra estructura y principios en su concepción filosófica de la historia y en el destino de los hombres es nuestra doctrina. En este momento encaramos los problemas humanos y comunes con un fin, su orientación filosófica, toda lección, toda doctrina debe reconocer la prevalencia de las leyes morales en los actos humanos. Es preciso que vosotros verifiquéis, la extensión de este principio en el terreno práctico.
Muchos son los que en el evangelio, ven tan solo una revelación de fe, no todos los creyentes, y se puede incluir allí, a todos los adeptos de las doctrinas, diversas religiones cristianas, perciben el sentido humano del evangelio, que tratan los problemas humanos, sin separarlos de los del orden general, esto es del orden Divino a que los dos planos, el espiritual y el material están ligados.
La máscara desdibujada de las diferentes opiniones del evangelio, de algunas doctrinas modernas, en las que surgen hechos sociales, son las siguientes; para cierta doctrina la solución material nada tiene que ver con la vida del espíritu, para el evangelio en cambio, la existencia física no se haya, como suele suponerse, desvinculada por entero de la vida espiritual, por consiguiente los problemas humanos, aun cuando pertenezcan a la Tierra, han de estar subordinados por la Ley Moral que emana de Dios, lo cual significa, según el evangelio, que los asuntos de este mundo, aunque sean de naturaleza material, deben ser resueltos con dignidad, sin herir la ley moral.
En la predica la enseñanza evangélica ha de ilustrarse de la manera que sigue; todo individuo puede trabajar, aplicando su inteligencia y ganar dinero, mas, si no se rigiera por medios lícitos, estará contraviniendo la Ley Moral, muy de acuerdo con Dios. También su riesgo le alcanza para justificar con argumentos indignos, las enseñanzas del Divino Maestro, de dar al César lo que es del César, y a Dios lo que pertenece a Dios, estableciendo de tal suerte una separación absoluta entre las cosas de la Tierra y las cosas del mundo del espíritu.
Ello es simplemente un sofismo espiritual de la lección evangélica, que reside en predicar la armonía y no la separación radical entre espíritu y materia. Recomendar armonía entre una cosa y otra, no es decir que entre ambas estén expresamente separadas, según serán los razonamientos forzados al pie de la letra, que engañando al mundo piensan poder así mismo engañar a Dios.
Es verdad que Jesús dijo, “Al cesar lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”, pero honestamente esto puede interpretarse como una expansión del Mesías, mediante acomodaciones sofisticas y otras cosas.
Jesús hablo así realmente, más en lo espiritual, esta ciencia maravillosa, interpreta el evangelio con la palabra del Divino Maestro, que debe ser enseñada, esto es a saber, sin sombras, subterfugios ni vanidades, sino que demuestren que las acciones hechas en la tierra, tienen repercusión inmediata en la vida espiritual, porque el espíritu toma parte en las actividades materiales del hombre.
Al amparo de esta mala interpretación, el principio falso cual es, que las cosas del César le pertenecen al César, o sea, los negocios del mundo no tienen ninguna relación con el porvenir del espíritu, numerosas personas abusan del libre albedrío, hacen lo que quieren, se tornan ricos para gozar mañana, ponen en obra los procedimientos más escabrosos con tal de triunfar en la vida.
A la Luz de nuestra Ciencia, y a la Luz del Divino Padre Creador sin embargo, no se puede pensar así, los bienes de la Tierra pertenecen a Dios, si es de esa manera para tratar con dichos bienes, es menester que no burlen las Leyes de Dios, luego pues la sentencia evangélica, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios; no da margen para hacer fortuna por medios deshonestos, falsificando aquí, mintiendo allá, y arruinando a hombres que dicen doctrinas espirituales con referencia a la propiedad privada.
Ahora vamos a ver los principales pecados, los que deben ustedes arrancar de vuestros espíritus, se los voy a dar a conocer en breves palabras; para acercaros realmente a Dios, lo que debéis hacer es seguir fielmente los estatutos, todas sus cláusulas, de lo que nosotros hemos estipulado, en la formación de esta Congregación Espiritual Paz y Amor.
La envidia, es un grave pecado del hombre. El soberbio no puede concebir que otro hombre tenga cualidades o más fortuna de la que él carece, no puede soportar ninguna desilusión del que está sobre todo, que otros estén en sitios más elevados que el suyo, y que sean más alabados y honrados, que sean más poderosos y ricos, por lo tanto la envidia, no es más que una consecuencia y manifestación de la soberbia.
Este repugnante pecado conduce a la lujuria. El lujurioso es el que quiere someter a su capricho y a su placer, al mayor número posible de mujeres dóciles y complacientes, este es un pecado que el Padre Creador no acepta.
Es fácil de reconocer al soberbio, es el doble pecado de locura, más sobre toda costumbre, también proviene de la duda de la Sagrada Biblia. Para poder alejar este pecado, debe discurrir por el hombre, porque nosotros iremos dándoles a conocer poco a poco, mediante nuestras conferencias.
También la avaricia hermanos míos, o la voracidad del dinero o de los bienes terrenos, se halla estrictamente relacionada con el pecado de la soberbia; el hombre avaro desea hacer todo suyo, y no cede a sus hermanos ni siquiera una porción mínima de su tesoro. Su juego supremo consiste en llegar a ser el más rico de todos en medio de una turba de pobres, pues sabe que en vuestro mundo idiota y perverso, el rico es respetado, es adulado, honrado, implorado y servido como un monarca. Para el avaro, la riqueza es ante todo o nada, un medio para saciar su avidez de dominio, su torpe vanidad loca de soberbia.
Ahora haré un paréntesis en este momento queridos hermanos, para algo muy vergonzoso que es la pereza. Como bien sabéis vosotros, el perezoso, es el ser humano que anhela y pretende vivir a costa del ser humano que trabaja. Le gusta que trabajen los demás para él, y así poder vivir a costa de los demás, como si tuviera un derecho natural al tributo de los seres que le son inferiores, como si el trabajo fuera algo indigno de su orgullosa superioridad.
Perezoso, es el que nada hace y nada emprende para mejorar a sí mismo, para mejorar su espíritu y su condición. Es más fácil descubrir la implícita persuasión de que ya es perfecto, de que es el mejor, de quienes están a su alrededor, empero en esa loca certeza notáis fácilmente vosotros, la diabólica afirmación de su impresentable soberbia.
Espero haber demostrado, aunque haya hablado brevemente la verdad de mi acento. Hay un solo pecado que resulta que corresponde al homicida, y que incide en el pecado de la soberbia, de aquí que lo que he dicho, podemos deducir una pavorosa conclusión; los cristianos son llamados a la imitación de Cristo, quien fue antes que nada el Portaestandarte Divino de la Humanidad, siendo el espíritu con más progreso espiritual del Universo. Vino a encarnar a una figura de hombre en la Tierra, de un hombre humilde, pero los cristianos, la mayor parte de ellos, son tan pecadores y es ahí cuando minimizan la muerte de Jesús. Por tanto dejan de lado la imitación de Jesucristo, para imitar a los espíritus más malignos del Universo.
Vosotros todos los que estáis ostentando el nombre de cristianos, que son imitadores, no de Jesucristo, sino de estos espíritus de muy escaso progreso. Queridos hermanos, debéis cada uno de vosotros, estudiar los estatutos y practicad con obras, demostrad con obras que sois realmente espíritus y que estáis siguiendo nuestras enseñanzas.
Buenas tardes hermanos míos, que el Señor os bendiga.
Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.
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